Las cosas buenas siempre acaban pero me llevo una buena sensación. He aprendido a ver todo con otros ojos, a valorar la inexperiencia y el aire nuevo, a defender aquello en lo que creo, a sentirme parte de algo mayor, a echar de menos, a olvidar pequeñas decepciones, a sentirme valorado, a valorar los verdaderos amigos, a aprovechar cada minuto al máximo, a ilusionarme con un “gracias”, al poner otra vez esperanzas en esa persona alejada, a sentirme orgulloso de una opinión, a ser útil…
lunes, 25 de abril de 2011
Las cosas buenas siempre acaban
martes, 12 de abril de 2011
Rabia, ira, frustración.
Un día me prometí dejar de esperar cosas de la gente. De cierta gente en particular.
Cualquier cosa que pudiese ocurrir, bienvenida sería.
Pero hoy me he dado cuenta, de que no soy capaz de cumplir ni mis propias promesas.
¿Cómo puedo esperar cumplir las que hago a otros?
No aprenderé nunca...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)